Freddy Krueger también ha pasado por Corporación Dermoestética |
Realizar este juego de buscar las diferencias ha costado más o menos un año. Cuando empecé con esto de las caricaturas, me enfrenté a dos problemas: uno era el obvio, el de hacer reconocible el rostro de una persona añadiéndole un componente de humor o exageración. El segundo era el del coloreado, con todo lo que lo rodea: texturas, luz, etc.
Evidentemente, los problemas siguen sin estar resueltos del todo, cuando veo ciertas ilustraciones de gente que lleva más tiempo casi me dan ganas de retirar de la luz pública todo lo que voy haciendo y quemarlo mientras hago algún tipo de danza ritual. Por no hablar de las horas que me lleva hacer algo que a otros parece que les sale de forma insultantemente natural. Pero hace poco decidí revisar uno de los primeros trabajos con el que no quedé del todo contento en su día, ni siquiera lo he llegado a imprimir (por lo visto, dibujaba por encima de mis posibilidades). La base estaba, mejor o peor, así que ya tenía bastante trabajo adelantado y me intrigaba saber cómo resolvería la misma ilustración un año después. El ejercicio tendría como consecuencia, para mal o para bien, la posibilidad de ver el grado de evolución de una actividad a la que (gracias, puto paro) he dedicado bastantes horas en los últimos tiempos. Y aquí está el resultado. ¿Mejorable? Sin duda. Pero poder mirar atrás y ver que has avanzado por buen camino, no está mal.
En todo caso, la verdadera prueba de fuego reside en las caricaturas personalizadas. Creo que Robert De Niro o Johnny Depp nunca vendrán a quejarse si no les gustan mis dibujos, pero aquellas personas que hacen encargos, tienen una lógica expectativa de calidad y si no les gusta te lo harán saber, que para eso pagan. Por suerte, en mi breve carrera, todos han quedado bastante contentos...
En todo caso, la verdadera prueba de fuego reside en las caricaturas personalizadas. Creo que Robert De Niro o Johnny Depp nunca vendrán a quejarse si no les gustan mis dibujos, pero aquellas personas que hacen encargos, tienen una lógica expectativa de calidad y si no les gusta te lo harán saber, que para eso pagan. Por suerte, en mi breve carrera, todos han quedado bastante contentos...